Siempre llego tarde a enamorarme de alguien.
Siempre me enamoro de quienes acaban de romper.
O de quién el golpe fue tan duro, que llevan la mitad de una década deconstruyéndose en la agonía.
Los corazones han sido tomados y apenas se vislumbran trozos esparcidos en los caminos.
También perdí un par de pedazos pero hace tiempo que los cortes cicatrizaron.
Parece que llegué tarde, todos han explotado.
Ya lo sabía: mi corazón no será de nadie sino de todos.
Fotografía: Lana Prins
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