Conversaciones familiares

Padre: ¿A dónde vas?

Hija: Si tu no lo sabes, yo menos. Quiero ir con seguridad y con mente abierta siendo curiosa, pero tengo algo de miedo, porque a muchos hombres de mi país les gusta matar a mujeres, pero sé que no puedo vivir con miedo porque me estoy privando de una libertad y derechos que tengo por ley. Por otro lado, espero encontrarme a un amigo, hace mucho tiempo que no veo a alguien que me agrada. Quiero reírme, sentir esa cercanía con los demás, quiero esas amistades otra vez en mi vida; la sobriedad me alejo por mi propio bien pero es hora de volver a esas personas que me inspiran, espero que el cariño y afecto sigan ahí. También quiero encontrar gente nueva, que me sorprendan, no importa si se convierte en una amistad o algo más. Al estar sobria, me he convertido en una persona muy romántica, ya no escondo mi vulnerabilidad, me agrada ser cercana y sincera con mis emociones. Quiero ceder a lo que me asustaba antes, quiero poder sentir eso llamado amor. Espero enamorarme de una buena persona, no me importa el género, gracias a la Galaxia soy bisexual. Ya me puedo ver haciendo un playlist para esa persona, escribiendo textos acerca de nuestro tiempo juntas o juntos, para después subirlos a ERRR Magazine. Mientras seguiré saliendo una y otra vez por esta puerta de madera para seguir buscando lo que quiero pero que aún desconozco.

Padre: ¡Solo te pregunte a donde vas!

Hija: ¡Pues ya te dije!

Padre: Cierras bien esa puerta y te vas con cuidado.

Hija: ¡I´m off to find love!

Padre: Si pasas por la panadería me traes un pan, de esos que traen chantillí en medio.

Hija: Ok (se despide de su perro con un beso en la frente y le promete volver en unas horas).

Fotografía por Abel Ibáñez G.