Las ventanas truenan,
las paredes se caen a pedazos.
Llega la noche, llega el viento.
Cubre la bruma mi casa
esta casa destrozada
y no te encuentro.

¿A dónde te has ido?
No encuentro tu hilo
ese que nos unió,
ese que de mí cuelga
y tu mano no recoge.

En medio del desorden,
de la alegría y las pequeñas cosas
que pegan esta vida hecha trizas,
te busco.
Miro tu foto
y algo quema.
Algo, a pesar de las ruinas,
sigue encendido
y quema,
quema.

No hubo último poema,
no habrá.
Como no existe el fin
de esta desgracia,
del infortunio que dejó tu existencia,
tu venida y tu partida,
tu paso por mi casa
que hoy no habito.