Dejo que el piano en el fondo de éste espacio dirija mis dedos sobre el teclado
en una danza, la cual me permita expresar lo que mis labios solo con un beso podrían describir.
Quiero entenderme pero solo desaparezco
dentro de un híbrido de mis sentimientos y un “Pas de Bourree” de tus andanzas.
Quererte quizá sea coincidencia
de la mitad de negarte y la mitad de adorarte.
La absurda incoherencia que refleja mi lógica al flagelar al músculo que palpita dentro de un tórax agonizante.
Levanto los ojos.
Me oculto en la sombra de tu presencia,
mirando el fulgor de cada paso que das.
Observando desde el palco lo que tu mismo te empeñas en ocultar.
La salvedad de que tu ser vuelve a mis propios pensamientos discordantes.
El roce de tu voz con estos oídos que solo anhelan escucharte.
La afección que desencadena latidos sin ritmo y agitados.
Y mi cuerpo tratando de recuperar el compás se desestabiliza, al solo contemplar una sonrisa ingrávida que tu rostro se inclina a mostrar.
Y en el aire me dejo llevar,
pretendiendo que aún controlo a este par de pies,
que aún puedo manejar este baile a mi modo.
Cuando ya he cedido mi bienquerencia
en una tibia caricia que mi cerebro ha dejado plasmada para su adoración.
La predilección de tu apreciación,
La cariñosa constancia de mi devoción,
Que se niega a prescindir de mi respiración en el matiz de tu entonación.
Fotografía por Andrey Rachinskiy
-Soy romántica en el sentido de que presento al hombre como debería ser. Soy realista en el sentido de que lo sitúo aquí y ahora, en este mundo.-
#Rand