Mira. Y cierra los ojos.
Mira la inercia fluctuante entre los cuerpos
la materia desintegrándose con cada exhalación.
Observa el ser viviente que te desafía frente al espejo
cada día, cada mañana,
la mirada sospechosa que devela algún secreto importante.
¿Qué te han dicho los bichos de tu cama antes de levantarte?
El mundo real no puede conjurarse en una palabra
no puede describirse en ningún verso.
¿Tú también sales cada mañana
creyendo encontrar en tus pasos una razón a tu miserable existencia?
La razón no existe afuera
está en tu cabeza,
en tu energía interna.
Mira.
Cierra los ojos.
Respira profundo y hallarás la respuesta.