Me dejas a solas con todo el mundo, aún sabiendo que los odio a todos.
Recuerdas esa discusión con el motor encendido en un estacionamiento casi vacío, un carrito de supermercado abandonado bajo la luz amarilla, lo monté y dijiste “baja de ahí pareces pendejo”, o algo así. ¿Lo recuerdas? Me abrasaste y lloraste en silencio. El cielo tenía un color rosa que comenzaba a apagarse, parecía la portada de algún álbum vaporwave.
Todas esas cosas ya se han ido.
Hoy en la noche habrá una fiesta cerca de casa a la cuál no iré. Hace frío, abro las persianas, pienso en ti. El cielo tiene un color extraño que no puedo explicar y no hay nadie a quien se lo pueda contar.
Fotografía por Patrick Liebach