¿Cuál es el origen de la canción?
Todo este disco tiene un origen en común, tratar de hablar del motor que nos mueve a intentar hacer algo, o cambiar algo. Esta canción empezó con una serie de acordes que tenía en el chelo, y luego I. la Católica (co-productor del disco) sugirió, sabiendo que a mí me gusta hacer ruido con el chelo, que metiera esos ruidos entre los acordes. Esto me hizo pensar en el descontrol y el balance de lo que podría ser una melodía con algo que es más descontrolado, ruidoso, o atonal. A partir de eso pensé en hablar en todas las variables que limitan la intención de hacer algo y surgió la frase ‘Cada músculo tiene una voz’.
¿Cómo fue la sesión de grabación?
Casi toda la canción fue grabada en mi casa. Grabé inicialmente los chelos y alrededor de eso empezamos a buscar qué lo complementaría. Grabamos luego sintetizadores en PROGRESO NACIONAL de Hugo Quezada, un estudio en CDMX que tiene una buenísima selección de sintetizadores. Invitada súper especial en esta grabación fue Alina Maldonado, violinista que improvisó buenísimo a lo largo de la canción. Cuando ella estaba en casa grabando, a I.la Católica de repente se le ocurrió un arreglo de violines ‘Steve Reichoso’ que se puede escuchar llegando al final de la canción: una cama de arpegios buenísima.
¿Cuáles fueron las referencias, influencias o inspiraciones musicales?
La principal idea era crear un balance de algo melódico y lo ruidoso, entonces fue un punto de referencia muy claro durante la composición. En el movimiento de mi cuerpo durante la grabación también me referí a la idea de perder el control de mi cuerpo mientras tocaba, como si una fuerza exterior me moviera. Creo que una inspiración definitiva era Steve Reich en ese final, por un momento me imaginé a Caroline Polachek, Laurie Anderson y a Vanessa Amara. Luego algo que me di cuenta cuando ya estabamos a media grabación fue que el coro me recordaba a ‘Seven Wonders’ de Fleetwood Mac.
¿Qué es lo que más te gusta de la canción y por qué?
Varias cosas!!! Pero podría decir que el coro porque se me hizo muy divertido hacer esa pausa antes de que empezase y crear una expectativa cuando digo ‘Cada, cada’ y luego revienta. También me encantó el solo de Alina al final de la canción, siento que armónica se va a un lugar extraordinario.
¿Qué fue lo más disfrutable del proceso de escritura, producción y grabación?
Creo que grabar los sintetizadores fue muy divertido así como los chelos porque se trataba de hacer ruidos y eso a mí me emociona mucho. Estar grabando con Alina es demasiado divertido también, y ese momento que I. la Católica vino con el arreglo de violines también fue divertido porque fue un momento que parecía una epifanía. Cuando se me ocurrió el coro fue muy divertido porque se sintió como epifanía también. Y como me encanta armonizar voces, eso igual se me hizo súper divertido.
¿Cuál fue la parte más difícil del proceso y cómo se superó?
La parte más difícil fue la melodía de los versos. Durante la grabación del disco en general, tomé una disciplina de levantarme, hacer el ejercicio, desayunar y directo al estudio. El tema es que porque el estudio está en mi casa era una cuestión de directamente lanzarme a trabajar a un cuarto de distancia. Tuve muchos momentos de crisis de autocrítica muy dura y en ese momento I. la Católica (también mi pareja) vió cómo yo no podía aterrizar una melodía convincente para los versos que le hicieran justicia a la melodía ya existente del coro. Así que nos sentamos, y ahí es donde estar con otro productor es súper constructivo: tener una conversación con esa persona exterior y elegir juntos ayudó a llegar a la melodía final del verso en una tarde.
Si hubieras podido invitar a cualquier otra persona a colaborar, ¿quién hubiera sido y por qué?
No se me ocurre! Creo que tuve el privilegio de invitar a la gente súper adecuada.
¿Cuál es el mayor reto para presentar esta canción en vivo y cómo se ha resuelto?
No la he presentado en vivo, pero creo que el reto va a ser conseguir hacer todas las capas de violines, o las capas de sintetizadores con menos manos. No tengo problema que las canciones grabadas suenen diferente en vivo, eso sí.
Recomiéndanos alguna canción que hayas escuchado ultimamente y que te guste.
Alifib de Robert Wyatt.
Mabe Fratti usa su voz, violonchelo, sintetizadores, y a veces grabaciones de campo para hacer música. Le gusta combinar sonidos ‘indigeribles y ruidosos’ con los más digeribles.