Bien, las cosas no iban tan bien, se acercaba la noche y la soledad con ella. Mis ojos se iban acostumbrando a la falta de luz,
Cientos de recuerdos pasaban por mí mente, no sé si eran recuerdos, tal vez eran sueños distantes de futuros alternos con ella, futuros donde todo está bien, caminando en las calles, tomados de la mano y sonriendo mutuamente.
Lo único que podía hacer era mirar su hermoso rostro iluminado con la luz artificial de los automóviles, un juego de sombras muy artístico, mirando sus labios y soñando con sus besos. La noche iba avanzando y no me atrevía a hablarle, era tal vez un intento fallido, aunque esperaba que esta vez fuera diferente. La noche avanza y la sigo observando.
Fotografía por Juan Camillo Garza
Duro, justo y valeroso. Nunca buscando una pelea, nunca dándole la espalda a una.