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Pellizcos
Nunca me habĂa encantado tanto un pellizco. Normalmente uno tiende a enamorarse de la manera en que te acarician una pierna o te muerden una oreja, pero nunca de un pellizco. A mi me encantaban, sobre todo, los que me dabas justo debajo de las costillas porque esos sĂ³lo los tenĂa cuando estaba desnuda y…