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Amate. Una charla entre dos, para tres.
Amate. Sólo con la intención simple y honesta de recordarla. Siempre había un rehúso natural, una reacción casi obligada de la mente a no poder recordar su rostro. Algo del universo. Sin embargo ambos podíamos recordar sus detalles aislados, como la suavidad de sus dedos entrelazados con los míos, o la ligera y única ondulación…