-

Del árbol de tus pies
¿Dónde estabas cuando yo aprendí a caminar? Hasta el día en que caminando nos encontramos. Soy afortunado por aquel día que no se olvida soy afortunado por el camino debajo de nuestros pies.
-

Libro de artista
Cuando ella de veinticinco años al morder uno de esas galletas de mantequilla cubiertas por chocolate recordó la tarde lejana en su cumpleaños número diez cuando su abuelo le regaló un libro…
-

Cuando el trabajo no cuesta trabajo
Resulta completamente utópico modificar los parámetros de calificación y evaluación empresariales en una sociedad capitalista, sin embargo, podríamos comenzar buscando y aspirando cada uno de nosotros a un trabajo que nos otorgue felicidad…
-

Chiquihuite acostadito
Esa tarde llegaste tarde a casa, me dijiste que la fábrica de libros no encontraba palabras adecuadas. Al medio día llamaste para preguntar qué hacía falta comprar para la cena.
-

Mañana
No sabían que escuchaba, como siempre. Pero lo escuché todo, como siempre. Quizá quiera, pero al mismo tiempo no, probablemente sea mejor que me asuman como loco para aceptar que el equivocado soy yo y no todo el mundo.
-

A Sigmund Freud
Después de ser concebido, Edipo llegó a este mundo sin lo suave de su madre y sin lo duro de su padre.
-

Antes que yo
El sonido es un viajero a través del tiempo es lo nuestro que nació antes que nosotros. Es lo tuyo antes que tú, es lo mío antes que yo.
-

Cenizas y recuerdos
El aroma a lavanda entraba por la ventana, sobre el sillón tibio todavía estaba una copia del discurso que pronunció Thomas Bernhard en marzo del 68, siete meses antes de que Sara llegara en un vuelo a Salzburgo.






