Si te hablara se quebraría mi voz, pero sé que te gusta escribir a las 3 de la mañana, después de leer a tu Baudelaire y a tu Rimbaud, por eso es que ahora te escribo. Sé que te tragarías las noches enteras si no desearas tanto escaparte de ahí, y que seguramente aquí me encontrarás cuando te hartes de toda esta pútridra cotidianidad. De los números que no cambian. De las voces que no dicen nada. Te hartaras y emprenderás una nueva búsqueda, apenas si con el fantasma de lo que fuimos, sentirás el perseguir de algunas sombras pero son ondas en los charcos de las memorias. Ecos de sombras en la memoria. Partículas de luz.
Fotografía: Jamie Wdziekonski