Te escribí muchos mensajes, siempre trate de que fueran diferentes, no aburrirte, aunque admito que había una o dos palabras que solía repetir en cada uno de ellos.
Pero no importa si te escribo el mejor poema del mundo, no importa si solo te escribo “hola”, tus respuestas siempre son las mismas, son muy secas, muy simples, incluso, hasta me dejas en visto.
Escribirte es escribirle a la nada.
Porque aunque te escriba para avisarte que aquí estoy, recuerdo que ya sabes que aquí estoy y simplemente no te importa, simplemente no te importo.

Duro, justo y valeroso. Nunca buscando una pelea, nunca dándole la espalda a una.