Soy amarillo, soy felicidad y alegría, como una piña jugosa en verano; como esa rosa amarilla que no quiere conquistar a nadie solo quiere transmitir su felicidad de ser hermosa y diferente. Amarillo como una olorosa guayaba o naranja que puedes disfrutar en tu soledad.

Me gusta ser tan amarillo como el sol que resplandece y te recuerda que todos los días son un buen inicio; tan amarillo como el plátano del desayuno con cereal que le da color y sentido a tu monotonía.

Amarillo como yo, amarillo como mi alma viajera y perdida de la estética y la belleza fingida.

Fotografía: Catherine Lemblé