Un instante encendido,
revela libertad sordamente.
Un poema rojo,
efímero
y oculto,
aunque iluminado fluir.
Digerido, pensado, nostálgico.
Muchas veces, nada.
Por encima, todo.
Nubes difíciles; truecan.
El cielo helado,
infinito y solitario.
Lúgubre y sin nombre.
Sin historia;
sin alegría.
Portadora de guerra,
sobreviviendo
a la derrota.
Suficientes heridas,
entrelazando
cicatrices al despertar.
Todavía desnuda se encoge sin querer.
Fotografía por Katya Mamadjanian.
Curiosa y descarada; inflamada de realidades desconcertantes y aspiraciones líricas.