Adiós a nuestra historia.

Todo aquello que necesitábamos era un adiós. El ultimo abrazo, el ultimo beso, la ultima sonrisa que pude sacarte mientras sujetaba tu mano y te decía lo hermosas que se veían juntas. Todo aquello que se fue acabando era el pequeño camino para darnos el adiós que no necesitabamos en nuestras vidas.

No hace falta saber cuantas veces lloras en la noche por un mensaje o una llamada mía para saber lo mucho que me querías en tu vida.

No es necesario que opaques el ser tan maravilloso que eres solo por no sentirte cómodo con lo que eres.

No es necesario que destruyas tus sueños con la persona que quieras solo por hacerla sentir que no hace lo suficiente para saldar tu dolor del pasado, encontrar la cura de tus dudas e inseguridades y construir una mejor versión de ti.

No es necesario hacer una lista de necesidades para saber que te extraño pero que te tengo que dejar ir…

 


Si estas en la segunda década del siglo XXI y aun crees que la tercera es la vencida, puedes estar seguro de que eres una persona que encuentra esperanza en una vieja costumbre y no en la cuestión de los hechos.

Perder a alguien no te hace mas fuerte al instante, te debilita, pero te ayuda a encontrar las alternativas para alcanzar la fortaleza de la anécdota que decidas crear sobre ese ser que se fue o dejaste ir.

No te pude decir el adiós pensando en el daño que te podía llegar a hacer; Fuiste tu quien tomó la decisión. No me siento mal al respecto, por el contrario, fue una decisión sabia. Aunque se haya aplazado por mucho tiempo, causa satisfacción que me dejas ir de tu vida por el bienestar que mereces tener.

Quizá la vida nos pone personas opuestas en el camino para reconfortarnos un poco, para destruirnos y sacar anécdotas al respecto. Quizá la sensibilidad que te posee nunca podrá con la frialdad que me domina, pero los sentimientos que hay de por medio siguen divagando en nuestras mentes como los sueños que un día pensábamos tachar de nuestra lista de cosas por hacer. Quizá te eches la culpa una y otra vez y tu pasado te ate una vez más pensando que no eres lo suficientemente ser para una persona. Quizás mi historia contigo te enseñe que no todo es reciproco, sino que todo se empieza con la confianza propia para no dañar la de la relación que buscábamos tener. Quizá la vida te enseñe a valorarte mas como persona y a encontrar ese vacío que yo no pude encontrar por ti. Quizá tu forma de ser te haga ver otros quizás que ninguno de los dos vio en el momento que nos destruíamos y en el que dimos conclusión a nuestra historia.

Todo aquello que necesitábamos era un adiós. El ultimo abrazo, el ultimo beso, la ultima sonrisa que pude sacarte mientras sujetaba tu mano y te decía lo hermosas que se veían juntas. Todo aquello que se fue acabando era el pequeño camino para darnos el adiós que no necesitabamos en nuestras vidas.

Puedo estar seguro que sientes como una parte de ti se esta muriendo. La parte que te provoca señalarte culpable por no haber tenido un futuro juntos y darnos el cariño que teníamos el uno para el otro. No obstante, no hace falta recorrer un camino de infinidad de días para darte cuenta cuán maravillosa puede ser la persona que intenta llegar a tu frio corazón. No hace falta preguntarle a la vida si hay alguna persona que en realidad me quiera porque con tu forma de ser lo demostraste todo. No hace falta saber cuantas veces lloras en la noche por un mensaje o una llamada mía para saber lo mucho que me querías en tu vida. No hace falta algún otro detalle para saber que mientras escribo esto, tu estas allá pensando en alguna distracción para no matarte la cabeza con el recuerdo amargo de la partida de nuestras vidas.

Tal vez nuestra historia estaba destinada para enseñarnos lo mucho que podemos dar y para recordarnos lo difícil de perder a alguien. Ni las fotos, ni las canciones, ni las palabras que nunca te dije pueden ahora reconfortar el vacío que sentimos en nuestras vidas al haberte permitido que te fueras de mi vida hace tres días.  La vida me enseña una vez más que puedes tener lo que una vez quisiste pero que el momento no es el adecuado, y en este caso, la sensibilidad tuya me enseñó a ver el daño que te hice, porque soy yo el que hoy se apiada de ese ser tan carismático y sensible para dar amor. Soy yo el que se da cuenta que una persona puede darlo todo, pero no significa que el rompecabezas este del todo cuerdo. Pues no todo se hace como se piensa. Y no todo tiene una respuesta.

Me complace tener la sensación de saber lo feliz que te hice mientras nuestra historia duró. Hicimos huella en nuestras vidas, a nuestra manera, hasta donde la vida lo permitió. Me causa emoción ver la ternura tuya reflejada en las fotos digitales, en los detalles materiales, en los sentimientos intangibles y en los recuerdos mentales que pasan por mi cabeza en estos momentos.

¿Cuántas veces esperaste por un Te Quiero? Aunque te hayas ido sin escucharlo, me complace un poco saber que puede marcar tu vida por el tiempo que tu consideres necesario y que te pude demostrar que importabas en mi vida sin necesidad de expresártelo como tú lo hacías.

Tal vez 5 meses y 10 días no fueron necesarios para querernos de la forma en que soñábamos, pero si fueron necesarios para dejarnos una o más lecciones de vida, ya cada quien decidirá que aprendió, que hizo bien y que hizo mal o encontrar la razón que nos hizo perder el tiempo buscando algo que no pasó.

No es necesario encontrar el culpable en una ruptura amorosa.

No es necesario que te desveles por encontrar la falla de tu existencia.

No es necesario que te destruyas al no confiar en ti para desarrollar tu vida.

No es necesario que opaques el ser tan maravilloso que eres solo por no sentirte cómodo con lo que eres.

No es necesario que destruyas tus sueños con la persona que quieras solo por hacerla sentir que no hace lo suficiente para saldar tu dolor del pasado, encontrar la cura de tus dudas e inseguridades y construir una mejor versión de ti.

No es necesario hacer una lista de necesidades para saber que te extraño pero que necesitas primero hacer tu vida para luego decidir compartirla con alguien más. Puede que la infinidad de gracias no sirva para que te sientas cómodo con lo que me diste, pues no confías en ti como para confiar en las cosas que hiciste porque sientes que fueron mal hechas. Sin embargo, te las daré: Gracias por gastar una pequeña parte de tu vida y demostrarme el ser distinto que quisiste ser conmigo y dejar el ser general para los demás.

Si alguna vez te topas con estas palabras, quiero que sepas que la presencia tuya en mi vida y los recuerdos que hoy me invaden, hacen de mi una persona alegre al poder escribir y dar evidencia de que me hiciste feliz. Duele, duele tu partida, aunque no quiera mostrarme vulnerable. Y aunque no pudimos llegar al medio año, me alegra saber que, con los altibajos, los problemas, las rabias e inseguridades, me causa gratitud haber conocido una persona como tú, y quedarme con el recuerdo de la ultima vez que deje soltar tu mano sin saber que no habría más días para compartir y tratar de hacerte feliz…

Fotografía por: Li Guanqun