¿Cuál es el origen de la canción?
“Acantilados” habla de la tendencia que tengo a ponerme siempre en riesgo, de pararme al filo. Esto puede parecer un poco masoquista, pero siento que en esas situaciones difíciles aparece siempre una verdad y yo quiero ir siempre tras ella. “Acantilados” es una imagen que representa tan bien las constantes subidas y bajadas de la vida para mí, también es un concepto que grafica muy bien la vida y la muerte. Ya acercándome a finalizar el disco, me he dado cuenta que es un tema recurrente en él. Esa contraposición de vida y muerte.

¿Cómo fue la sesión de grabación?
Grabamos todo en MONCLOVA, estudio de Alonso Bentin, co-productor de “Acantilados”. Arrancamos con un maqueta que poco a poco se convirtió en el master final. Para este segundo disco no queríamos una diferencia tan marcada entre maqueta y version final, en ese sentido fue bien fluido. Ya acercándonos al final, le mandé la canción a Mauro y grabó voces y arreglos de guitarra en México. En general fue un proceso muy natural.

¿Cuáles fueron las referencias, influencias o inspiraciones musicales?
No suelo buscar referencias antes de hacer el tema, pero luego mientras se desarrolla sí que me saltan algunas bandas o canciones. Por ejemplo “azul” de ElectroZ me parece que tiene un vibe similar al de “Acantilados”. Y aunque no parezca en “Dias de paja” de Clara Cava, hay algo en la cadencia de la llevada del fraseo que influenció a “Acantilados”.

¿Qué es lo que más te gusta de la canción y por qué?
Lo que más me gusta es que es una canción sin pretensión, es sencilla y simple pero bonita desde el núcleo. La participación de Mauro es también de mis elementos favoritos, fue increíble que sin conocernos pudiéramos coincidir en tantos aspectos y visiones de la canción. La primera propuesta que me hizo Mauro fue la que quedó en la versión final y siendo un tipo tan talentoso y con tantos recursos me pareció hermoso que captara la sencillez del tema y se adecuara a él con tanta naturalidad.

¿Qué fue lo más disfrutable del proceso de escritura, producción y grabación?
Sobre la escritura, soy mucho de escribir en diarios por lo que las letras la mayor parte del tiempo ya están escritas antes de convertirse en canción, eso lo disfruto mucho porque es un área que ya esta cubierta, tengo como un banco de relatos listos para ser cantados. En la producción arranqué sola en un home studio improvisado que me armé en Indonesia, estuve viviendo ahi casi un año. Fue un escenario super nutritivo porque aprendí a producirme desde cero, a punta de Youtube y preguntas a amigos. Lo más disfrutable sin duda fue eso, poder saberme capaz de ocuparme de mis canciones desde todas las aristas.

¿Cuál fue la parte más difícil del proceso y cómo se superó?
Siempre supe que quería una colaboración masculina para este tema y no encontraba la voz que quería hasta que, gracias a las benditas-malditas redes sociales, me topé con Mauro, él solucionó ese problema en un día. Esta pregunta recibiría una respuesta mucha más extensa con cualquiera de las otras canciones, pero en general “Acantilados” llegó fácil, casi sin darme cuenta.

Si hubieras podido invitar a cualquier otra persona a colaborar, ¿quién hubiera sido y por qué?
No cambio a Mauro Samaniego por nada. La canción lo eligió y fue extremadamente acertada.

¿Cuál es el mayor reto para presentar esta canción en vivo y cómo se ha resuelto?
Aunque es una canción de dos acordes, tocarla en vivo con banda a veces se me hace difícil. Lo resolvimos de una manera muy bacán que es TENER INVITADOS! Es una de las canciones favoritas de la gente así que casi siempre invitamos a alguien a que la toque con nosotros y Bongo, el baterista y también productor de algunos temas, hace los coros y las armonías que hace Mauro en la versión del disco.

Recomiéndanos alguna canción que hayas escuchado ultimamente y que te guste.

“Symbol” de Adrianne Lenker.