Abajo las banderas, arriba los tendederos

¿A que hora fue la encuesta? 

¿Realizaron una votación?  

¿Hubo marchas? 

¿En algún momento el pueblo fue parte del proceso o esto fue la creación de funcionarios políticos, religiosos o economistas? 

¿Por qué seguimos admirando esta bandera? 

¿En realidad el verde, blanco y rojo nos representan? 

¿El símbolo del águila con la serpiente nos describe como mexicanos? 

¿Quién quiere ver a dos animales peleándose en una bandera? 

¿Se le puede poner un ritmo guapachon al himno nacional? Sonido Gallo Negro ya le hizo su cumbia al Borras, si existe una grabación con las voces de Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó, se podría hacer un buen remix. 

Ya sé, ya sé; son cosas sagradas de su santa bendición y ya me están mandando al infierno por empezar a hablar de esto pero no puedo dejar de cuestionarlo. Honestamente no me siento identificada con la bandera de mi país, siento que es un pequeño porcentaje de lo que en realidad es México. Me identifico más con mi tendedero que con las versiones que tuvo la bandera en el transcurso de los años.  

Entiendo que hay ciertos mitos y leyendas que ayudan a la cultura de mi país, aparte de todo el arte y documentos que se han recolectado junto con descubrimientos que han surgido por décadas. Se que no puedo hacerme de la vista gorda y aparentar que eso no existe, de echo le tengo un gran respeto a la cultura de mi país por que es colorida, complicada, ruidosa y siempre lleva algo de humor, por algo nos reímos constantemente de nuestras tragedias.  

Todas las generaciones evolucionan y los habitantes son los que día a día aumentan y le dan giros a la cultura. Por ello, los colores que para mí representarían a nuestra bandera son:  

El famosísimo Rosa Mexicano por obvias razones. 
El Morado de las jacarandas o buganvilias. 
El color Beige de los tamales y tortillas. 
El hermoso color Cafe del café de olla. 
El Negro en honor al cabello de los mexicanos. 
El Verde deslumbrante del cilantro recién cortado listo para lavarse y ponerlo en tus lentejas. 
El Blanco del migajón de nuestros amados bolillos. 
El Amarillo de una cerveza Tecate roja, bien fría. 
El Anaranjado de una mandarina super dulce. 
El Azul de ese cielo sin ninguna nube que te tape de ese calorón. 
El Rojo de la sangre que corre por nuestras venas con grasita por lo glotones que somos.  

El emblema o escudo podría ser una pirámide de Tenochtitlán o de Cancún, un Xoloitzcuintle, Chihuahua, Ajolote, alebrije o un nahual, un aguacate, un nopal, un florero de barro, un plato de talavera, un árbol de la vida (versión mexicana)…Debe tener un diseño en donde se pueda apreciar que hay un ritmo, como las caderas de tu mamá cuando baila un merengue junto con la intensidad del picante de la salsa verde o roja que hace tu papá. 

En el artículo 12 de la Ley sobre el escudo, la bandera y el himno nacional se estipula que la bandera puede ser decorada con un arreglo denominado “corbata” osea un moño, colocado en la parte superior y tiene que ser de los mismos colores que la bandera, pero la mayoría estaríamos de acuerdo que el moño debe ser color negro, por todas las muertes de animales y gente inocente que han sido víctimas de la violencia completamente innecesaria que nunca va a dejar de existir en nuestro país. 

¿Qué si tengo idea de como sería la bandera con todo lo que mencioné? ¡obvio no! Tal vez el maestro Francisco Toledo hubiera echo algo bien padre con todo esto, pero ya anda muy ocupado volando cual cometa por Juchitán. 

La creación de las banderas debe de tener opinión pública, no se puede basar solo en la información documentada que data desde el origen de un país. Se le tiene que pedir su opinión acerca del diseño a Doña Lupe de San Luis Potosí que vende tamales en la calle, al Señor Flores de Veracruz que jamás falta a misa los domingos, a los enamorados que andan de calenturientos en Cancún, a los niños que juegan en la frontera y a los perritos que pasean en Chapultepec. 

O tal vez no necesitamos banderas ni fronteras…ya estoy sonando muy hippie, ilusa y no estoy haciendo caso a todas las alertas y medidas de seguridad, pero en un mundo utópico solo tendríamos que poner atención a los tendederos, así podríamos saber mas o menos que tipo de personas viven en esas casas y posiblemente hacer nuevas amistades.