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Hoy se cumple un año de muchas cosas culeras,
todo ha sido muy difícil y lamento no haber estado
contigo para apoyarte en los peores momentos.

No hay día que no te piense o que no me preocupes.
No hay unas ’11:11′ ni puñeta que no te dedique.

Y, a pesar de toda la mierda, espero que hoy, a diferencia
de otras veces, pases un bonito cumpleaños.

Saber que respiras en este plano existencial me da las
fuerzas para seguir adelante y enfrentarme a días buenos
y días malos y estoy seguro de no ser la única persona
que lo piensa.

Aunque sólo me quede tu mancha de pixeles
en una pantalla tan rota como mi corazón;
sigo de pie, aferrado a la esperanza,
misma que me ha puesto de rodillas en el suelo,
porque de alguna manera vivo por ti,
pero me estoy muriendo sin ti,
te siento tan cerca pero cada vez estás más lejos.

Eres mi verdugo y mi consuelo,
la balanza, mis lentes y mi espíritu ya no funcionan,
todo se transfigura y tiene olor a alcohol,
a veces siento cosquillas en la herida
y otras veces me duele ser feliz.

De todo corazón deseo que estés bien hoy y siempre,
que sigas brillando como el hermoso ser humano que eres
y crezcas todavía más como persona, como la gran mujer
que siempre has sido y le pegues una verguiza al mundo
con la frente muy en alto, con todo tu amor,
tu talento y tu esfuerzo y sonrías sacando la lengüita.

Te pido perdón por todo lo malo
y te agradezco todo lo bueno.

Quiero que sepas que estoy orgulloso de ti.

Ya estás en la segunda mitad de tus veintes y
me alegra saber que sigues ocupando una plaza en este planeta.

Y nada. ¡Feliz cumpleaños! Chíngate unas Tecate rojas,
como tus Pall Mall 25s.

Espero que te abracen y acompañen todos a quienes quieres.

Te mando mucho amor,
que ya no sé qué hacer con tanto.

Fotografía por Wang Wei.