Miro de nuevo y otra vez todo apesta. Como hago entonces para despotrarme de aquí. Hay algo dentro de mi, que esta llevando un juego sucio y maniaco. Sabe lo feliz que me hace cocinar y comer, y hoy estan por dar las tres y no me ha permitido probar bocado. Claro que me siento culpable, sabes lo que daría la gente por tener lo que tengo y aún así, mírame, sin animos. Escogí esta habitación por su hermosa vista, porque el sol al medio día pega en la mitad del cuarto, pero tengo las cortinas cerradas. Estoy luchando contra no joderme a mi misma, me bebo los dos ltros de agua recomendados, para evitar ir por una cerveza y pegarme un reset en la cabeza, pero nada, todo me duele cada vez mas, mi cuerpo quiere estirarse, pero el corazón lo tiene apachurrado. Quiero escuchar mi voz, hablar un poco, pero parece que todo me ha abandonado, yo se que eso no es cierto, pero hay algo dentro de mi, que si efectivamente, quiere creer que estamos solas. Hablamos ya de la muerte, la sangre y el dolor, pero no queremos dejar de existir, ni sufrir, aunque parar la vida suena un tanto tentador, y el reloj no para, curioso, porque hace mucho dejaron de existir los tik toks de las manecillas, hace un largo tiempo que no me había puesto a pensar, que el tiempo ya no tiene sonido, solo se desvanece entre las pantallas de tu movil o de tu ordenador, te distraes unos segundos y han pasado dos horas, te tiras a la cama un rato y has perdido ya una vida. Yo la perdí en diferentes camas.
Muchacha de colores y zapatos cómodos para bailar. De boca impertinente, temerosa y tartamuda. Cabellos necios y chamuscados. Nunca musa.