Marla y yo quedamos de vernos a las 1:45 fuera de la estación del tren. Salió radiante de las escaleras subterráneas mientras yo la esperaba recargado en un poste de luz. Nos acercamos y nos saludamos con un abrazo seguido de los saludos pertinentes. Caminamos hasta el estadio, era su primera vez en un recinto así. West Ham recibía al Liverpool en un partido más que vibrante. Teníamos todo para ganarlo y recibirlos en casa. De camino hablamos, prendimos un porro y tomamos dirección en un solo sentido para entrar por la zona sur del estadio. A menos de unos 500 metros, nos topamos con un grupo de chicos cantando en la esquina de la acera norte. Nos quedamos escuchando un momento su música. Nos gustó. Estábamos más que bien aunque con sed de cerveza. Nos quedamos a escuchar algunas canciones más- La gente pasaba, dejaba algunas monedas y seguía su camino. Nosotros nos sentamos, abrimos un par de latas y decidimos que era un previo perfecto para el partido. Su sexta canción nos atravesó.