Tenía la sensación de que ya te habías ido, después de compartirme en la cama contigo una vez más, mirarte despertar y sentirme inmersa en tu aroma sin sentir del todo aquellos maremotos de emociones que traías a mi, así supe que ya no eras ultramar, ya no eres el océano tragándose mis naufragios, ni las olas limpiando mis playas. Sin embargo hoy te soñé, ya tarde pasadas las 8 en el salón de danza, bailando “La petite mort” cuidadosa de cada trazo de tu autoría que tu línea tan bien formada y delicadamente educada trazaban, con la mirada conmocionada y centrada en mi, tu único público para esa tu pieza favorita. Creo que así hiciste que la danza fuese en pleno una definición tuya y viceversa; en principio lo que me hacía sentir que era un terreno que no debía pisar.
Uno supondría que esta mañana estaría llena de melancolía y dolor, pero creo que ya no te extraño, ya estamos llegando a la calma, solamente ya suelta la danza, deja las tablas y los teatros a mi calma, ni tú quieres quedarte en ese significante ni yo te quiero significando…
Fotografía: PJ Wang
Artista de la susbsistencia.
Un recipiente dramatico y explosivo.
Monologuista y amante de los gestos.
Estudiante de la vida y el ser humano.