Me parece absurda la forma en que puedo recordar fechas por más que intento olvidar. Me parece absurdo cómo, a pesar de todo, aún te quiero hablar. Me desgasta a veces pensarte y aunque lo evito siempre debe existir algo que me haga recordarte o mencionar tu estúpido nombre. Juraba que, después de todo, la vida me borraría todo lo que se relacionara contigo, y muero, muero por darte un abrazo, que tu cumpleaños sería el pretexto, tengo 1000 razones para olvidarte y existen 1001 razones que de la nada me hacen recordarte. Te veo haciendo scroll en quienes ven mis historias y sólo pienso: “idiota, háblame”, pero el idiota soy yo, por quererte, por pensarte, por querer abrazarte. Y tú, ¿dónde estás? ¿Qué haces? ¿Nada? No sé, quizás no lo sabré, quizás no deba saberlo, y si lo lees sólo entérate que te recuerdo, que hoy te recuerdo porque es tu cumpleaños. Jódete y que la vida me joda más a mí por seguir pensando en ti, cuando quizás ya no debería hacerlo.
Vivo con el sentimiento a flor de piel, lo que me ayuda a revolucionar mi sentir en letras.