Ni siquiera el azar es tan aleatorio como el amor

El corazón es un revólver
con una sola bala
girando sobre la mesa.

Es como un mar de incertidumbre
mientras los días pasan
y las noches se hacen más largas
porque estoy triste
o porque es invierno.

Como el golpear el poste
que está frente a la casa
en una fiesta con litros y litros de licor
hasta que los puños te sangran
y no puedes ni llorar.

Como descifrar ese par de lágrimas
que escapa de tus ojos
y se mezcla con el agua del estanque
a las diez y media de la noche.

Ni siquiera las estrellas son estrellas
ya todas han muerto
hace más de un par de años
y lo que vemos es apenas su reflejo.

Es como un holograma
un espejismo
un fantasma
un par de aretes olvidados
en el asiento del auto, apenas eso.

La mayoría de la gente existe
sin que nadie se dé cuenta.

Muchas veces ni ellos saben
que están vivos;
tal vez son como las estrellas
y lo que ven son apenas sus cenizas.

Murieron junto con su memoria.

Y ese rayo de luz a través del picaporte
es un amanecer en el desastre
que es mi cuarto de cortinas corridas como murallas.

Ni siquiera el azar es tan aleatorio como tú, amor.

Mi plan original era infectarte de amor
y propagarme como un virus que nada por tu sangre
y te quema hasta los huesos
… Desearía tener un plan b.

Fotografía: SHEFFIELD