Intención de huida

Hoy… hoy recuerdo el ayer como una esperanza del reencuentro y al reencuentro como una oportunidad de sobrellevar mi carga.

Las flores se marchitan desde la ultima vez que escuchamos los sermones de la adolescencia. Forzar los sentimientos me resulta insoportable y la ingenuidad de la espera de tu llegada, también. Nunca seremos los mismos desde aquella vez; la cotidianidad tiene ahora auras de tu aroma y necesidad de tu cuerpo. Las opiniones que antes eran importantes, hoy son ridículas. Estos instantes no podrían decepcionarme más, estos de indiferencia tuya.

Y ahora lo entiendo todo, tu ausencia no puede ser forzada para convertirse en compañía, no eres mío y ahora lo entiendo. Recordaré los buenos momentos, sin duda alguna, seguiré mirando conversaciones que algún día tuvimos y seguiré escuchando audios que alguna vez grabaste para mi, escuchar tu voz, escucharte a ti. Pero por más que quiera participar en la búsqueda de un nosotros, no la hay y ahora lo entiendo. No es que esté mal, ni mucho menos. He resguardado mis sentimientos para no incomodarte, algún día alguien más los abrirá. Seguiremos compartiendo la misma música para bailar, los mismos fetiches, pero ya no será lo mismo, ya no te abrazaré con la misma intensidad ni tampoco me acercare para oler tu aroma característico, ya no cerrare los ojos cuando me acerque a ti, tratando de conservar el momento para siempre repitiéndome que seria terrible si se terminara, si me alejara de tu lado; porque ahora lo entiendo, no eres mío. No pasa nada, me repito, ahora te puedo dejar ir de mis pensamientos, ya no te puedo forzar a mis expectativas ni a que seas parte de las historias que forje para el “nosotros”. Sin embargo, la melancolía me ha invadido un poco, me da miedo no encontrar a nadie que ocupe tu lugar, me da miedo no llenar el vacío, no tener a nadie con quien reconfortarme en los malos ratos, no tener a nadie por quien esperar o que me saque una sonrisa. Las cosas no funcionan de esa manera, para que exista se necesitan 2 y solo hay uno. Te querré hasta el final mi querido, eres parte de mi y eso no acabará, las cosas ya no serán igual, porque ahora lo entiendo, no eres mío.

Fotografía: Julia Tröndle